lunes, 7 de noviembre de 2016

Por fin un final feliz

Si algo nos enseñó el campo es que la familia es lo más importante que tenemos...


Shijka, Nazvin y la pequeña Triska soñaban, como todos los refugiados, que les llegara la noticia de poder reunirse con su  padre y marido en Alemania. Llevaban ya unos meses en el campo de Filippiada malviviendo .La guerra hizo que sus caminos se separaran para acabar en una jaima.  La foto de debajo muestra las “grandes vistas” de su  “casa” en el campo.


Hace una semana recibíamos una foto diciendo de Triska, la pequeña de la familia, con los tres pasaportes en la mano. Nazvin de tan sólo 14 años y capaz de hablar cinco idiomas nos contaba que ya tenía los pasaportes y el permiso para trabajar en Europa. En nuestra conversación dijo “esperamos ir pronto pero tenemos que esperar a ganar algo de dinero para el billete”. La voz se corrió como la espuma y gracias a personas como Sara, que corrió la voz o Isidre que donó el dinero, en menos de una hora la familia tenía el dinero para reunirse cuanto antes. La historia para ellos acaba de empezar, ahora buscan trabajo y volver a la normalidad que un día una guerra les quitó.


El padre es electricista y ella trabajaba como periodista en Siria. Esto nos demuestra varias cosas: primero que todos podemos hacer más de lo que pensamos, un ordenador, un móvil, un hola que tal pueden llegar a servir para que muchas personas que no se conocen físicamente saquen de los campos y devuelvan la dignidad a muchas personas que las han separado de su familia, lo más importante que todo ser humano tiene. Quiero destacar que en ningún momento ellos nos pidieron el dinero. Sin embargo, hay mucha gente capaz de ayudar. Otra de las cosas que demuestra es que esta vez les ha tocado a sirios, afganos y un largo etcétera, pero que a nosotros también nos puede tocar.  Desde aquí queremos dar las gracias a todos los que ayudaron a que esto sucediera, pero sobre todo a la familia por no rendirse nunca y ser un ejemplo de que si todos ponemos nuestro granito de arena se pueden llegar a hacer grandes cosas. Esperamos que este tipo de noticias lleguen con más frecuencia.



Ellas son sólo una de las miles de familias que viven separadas, pero por algo se empieza. Esperamos que pronto podamos contar el reencuentro de los amigos que Triska y Nazvin hicieron en el campo.

Mucha suerte!


Nos vemos pronto

(Las fotos que aparecen son el permiso de la familia)

Laura Ucelay Zárate

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